Jorge Sanabria
MAESTRO

Maestro
Otra forma en la que #Dios se presenta a sí mismo es como un #maestro. Como sabemos, esta profesión es responsable por educar, enseñar e instruir, preparar individuos responsables, brindándoles las herramientas necesarias para enfrentar los retos futuros, desempeñarse eficazmente en aquello que estudiaron y alcanzar fruto agradable de su ardua labor. De igual manera que un maestro; el #Señor no espera que tengamos todas las contestaciones, comprendamos totalmente la materia y sepamos todo lo relacionado a nuestro #destino. La verdad es que cuando hablamos del destino solo unos pocos tendrían más o menos una idea sobre el mismo. La gran mayoría estaríamos perdidos en el espacio, intentando dar una contestación que tenga, de ser posible, un poco de sentido lo que casi nunca acontece.
En la antigüedad un maestro era algo distinto a nuestra era. Cuando un maestro aceptaba un #discípulo, era responsable totalmente del mismo. La vida misma del #estudiante estaba en las manos de su maestro y este sería llamado a cuentas por su discípulo. #Jesús nos confirma esto en el huerto de #Getsemaní, al momento de ser arrestado pidió que dejaran ir a sus discípulos (Jn.18.8). Nuestro Maestro no es solo responsable por educarnos; sino de nuestra vida misma y por ello entregó su vida para preservación de la nuestra. El Maestro tenía la responsabilidad de cambiar la visión de su discípulo hasta hacerle ver las cosas de la misma perspectiva que él poseía. Para alcanzar un cambio en la visión de la vida, es necesario que ocurra primero un cambio en la #mentalidad de tal in dividuo. Si un cambio mental no acontece, alcanzar un cambio en la #visión es imposible.
La palabra declara que a nosotros se nos ha entregado la #mentedeCristo (1 Co. 2.16). Ahora que un cambio mental ha sido efectuado en nosotros por el sacrificio de Jesús mediante la práctica, comenzaremos a desarrollar nuestros #sentidos hasta alcanzar la capacidad de #discernir entre lo #bueno y lo #malo (Heb. 5.14); esto cambiará la perspectiva de nuestra vida, impactando directamente nuestra visión, que a su vez influenciará nuestra toma de #decisiones. Consiguientemente, esto progresará ramificándose en nosotros hasta alcanzar cada aspecto de nuestra vida. “Repentinamente” entenderemos que algunas cosas que practicamos deben cambiar y así sucesivamente.
La mejor noticia de este proceso es que no estamos solos. El #EspírituSanto será el responsable de: dirigirnos a toda verdad, hacernos saber que es lo próximo (Jn. 16.13), enseñarnos las #escrituras con su entendimiento y aplicación (1 Jn. 2.27), convencernos de que estamos equivocados o en pecado (Jn. 16.8), interceder por nosotros (Ro. 8.26), revelarnos las cosas de Dios (1 Co. 2.11). Como puede ver, el Maestro no solamente transfirió su mente a nosotros, nos dio el Espíritu Santo para que nos #guiara y #capacitara en el camino.
Ahora, como en cualquier colegiatura, en cualquier materia y concentración, los exámenes harán su magistral aparición. La tensión, largas noches sin dormir, repitiendo el mismo ciclo sin cesantía para pasar con buenas calificaciones. Es mi deber informarle que en la concentración de la #fe también tenemos exámenes o mejor llamados #pruebas. El principio es el mismo de uno académico, poner en práctica nuestro conocimiento en la materia probada. Si pasamos, que bueno no hay problema; habremos ganado madurez y alcanzado otro nivel. Pero, si no lo hacemos, tendremos que repetir la materia. Lleva algún tiempo enfrentando los mismos problemas, distintas situaciones mismo concepto que provoca tal o cual falla casi automáticamente, se encuentra en un examen y hasta que no lo pase con honores, no irán a ninguna parte. En el salón de clase nos dan una forma, sea de papel o electrónica, con el examen; en la vida del #creyente, llegan como #situacionesadversas. #Tormentas que aparecen de la nada retando nuestra fe. Podría ser en forma de una persona que nos ofende, hiere, menosprecia y en fin el listado continúa. #Emociones que se rebelan en contra de nuestra #paz como la ira, contiendas, enemistades, etc., pensamientos que nos incitan a poseer lo que no es nuestro, sea #material o #espiritual. El #principio que deseo que entiendan es simple, nuestros exámenes son ejecutados en la vida diaria, manifestados en las cosas cotidianas. Cada falla trae consigo consecuencias, mas de toda obra mala nos librará el Señor (2 Ti. 4.20; 2 Co. 1.10). Nada que llegue a nuestra vida pone en riesgo la #salvación de nuestra #alma. El mero hecho de sugerir tal cosa, sería denigrar el sacrificio de Cristo en la cruz. Tener la osadía para declarar que un pecado es más grande que la gracia de Dios sería lo mismo que declarar el diablo venció a Jesús. Sufriremos las consecuencias de nuestros errores, mas Dios preservará nuestra alma, aunque nuestro cuerpo sea destruido (1 Co. 5.5).