Cuando leemos la biblia, encontramos que la iglesia primitiva tenía a su disposición: palabra de gracia y presencia sobrenatural del Espíritu Santo. En la actualidad esto lo encontramos en los dos grupos eclesiásticos de esta era. En uno encontramos la presencia del Espíritu Santo, pero una palabra rígida e inflexible que en algunos casos se acerca grandemente al legalismo moderno.
El segundo grupo cuenta con palabra de gracia, llena de sabiduría revelando los principios establecidos por Dios para la salvación, regeneración y transformación del hombre. Lamentablemente, muchos tergiversan esta palabra tomándola como excusa para el libertinaje y una vida cristiana sin compromiso.
En toda la escritura vemos que Palabra y Presencia van tomados de la mano. Desde el libro de Génesis trabajando juntos para formar y crear el universo (Gn 1:1-12). Cuando Palabra Y Presencia están juntos: nuevas cosas son formadas, cautivos alcanzan libertad, enfermedades sanadas, demonios expulsados, vidas se rinden a Cristo y mucho más. Por esta razón el enemigo de nuestras almas a trabajado arduamente para dividirlos, al saber que es imposible erradicarlos, minimizando de esta manera la influencia en el mundo actual. Mientras impulsa a ambos grupos a una contienda entre ellos.
Ambos grupos pertenecen a una sola entidad y ambos provienen y pertenecen a Dios. Es por esta razón que ninguno de los grupos a cesado de existir como les dijo Gamaliel al los miembros del Sanedrín (Hch 5.39).
En Palabra Y Presencia creemos en el ayuno (privado y congregacional), vigilias (completas y parciales), cultos de oración, la manifestación del Espíritu Santo y estudio intenso de las escrituras. Una vida cristiana de: integridad, rectitud y compromiso con Dios, nosotros mismos, familias y el prójimo en este mismo orden. Convencidos de que Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos creemos que la mano del Señor no se a cortado y por tanto todavía hace milagros, sanidades, expulsa demonios, salva, cambia y transforma al hombre.
No creemos, adoptamos ni apoyamos ninguno de los extremos. La salvación es solo por gracia y todo lo que hacemos, somos y poseemos es por el amor y misericordia de nuestro Señor Jesucristo. Oraciones, ayunos ni obra alguna le añaden o le quitan a lo que El hizo por nosotros, somos salvos por gracia. Tampoco toleramos ni aceptamos una vida mediocre y sin compromiso tomando como excusa para pecar una salvación tan grande. Haciendo uso de estudios biblicos, predicas, mensajes y charlas motivacionales nos esforzamos por ayudar a mejorar la calidad de vida cristiana y espiritualidad para ser mejores discípulos y testigos eficases de la gracia. Bendecidos en el nombre poderoso de Jesus.